viernes, 20 de enero de 2012

CRONICA DE UN DERBI DE MIERDA

En la tarde-noche de ayer se jugó en el Bankia Arena Stadium el partido correspondiente a la ida de los cuartos de final de la Copa de S.M. El Suegro de Urdangarín, entre el Valencia C.F. y el Levante U.D., en el que se ha dado en llamar " el segundo derbi histórico de la ciudad de Valencia" (ya saben que el primero es el Levante-Mestalla, de toda la vida).
El estadio registró unos tres cuartos de entrada mal contados, a causa del horario, de la jornada intersemanal, de la retransmisión en abierto, de la crisis económica, del cambio climático, de la globalización, de la discriminación racial y del agujero de la capa de ozono, que todo afecta en estos tiempos que corren.
El partido estuvo presidido por Manolo Llorente como anfitrión y por un señor del Levante que no sabemos quién es; porque el presidente granota, el madridista-madrileño, Tio Quico "el catalán" (¡coño, pues no era madrileño!) debía estar indispuesto desde el dia anterior tras la nueva derrota de su equipo del alma, el Real Madriz.
No hubo, en esta ocasión, representación política en el palco, que ya es raro. Se supone que se reservarán para el partido de vuelta por aquello de la casa del pobre, que siempre queda bien como recurso político. O sea, que para la semana que viene se espera la presencia de los Fabra-rita-rus y otros especímenes del mundillo politicastro. Quien sí apareció, ¡cómo no!, fue la representante del grupo Comprounpís Móni Caoltra, que eligió para la ocasión un disfraz de palmera datilera para protestar contra la extinción del picudo rojo, a causa, parece ser, de la mala gestión del gobierno valenciano.
En lo estrictamente deportivo, el encuentro no ofreció casi nada que pueda ser destacable. Ni Jim por el Levante, ni Ué por el Valencia sorprendieron a nadie con las alineaciones. Ué, tras consultar con  un médico naturista, entendió que lo mejor para las rotaciones es la sal de frutas y sacó un equipo con una cierta lógica. Ricardo Costa volvió a sentarse en el banquillo (esta vez sin Francisco Camps).
Jim, por su parte, siguió fiel a su filosofía que tan buen resultado le esta dando: Ballesteros y diez más. Si que se echó en falta, no obstante, la presencia de Del Horno, ausente de los terrenos de juego desde 1996, más o menos.
Lo más llamativo, tras los noventa minutos, fue lo desproporcionado e injusto del resultado, ya que los cuatro goles del VCF, según el cronista Salva D´Or Regüeso, se produjeron en clarísimo fuera de juego, que el trencilla de turno Sr. Paradas Romero no vió, o no quiso ver, favoreciendo una vez más al equipo grande. A destacar si acaso el golazo de Koné, Koné pie, desde fuera del área. (Por cierto, para mi gusto, el jugador iba demasiado cargado de maquillaje,en un mal contraste con el rubio platino de su pelo).
Por no haber, no hubo ni tanganas, ni batalla campal, ni nada. Solamente Ballesteros supo estar a la altura, manteniendo su media de veinticinco faltas (doce en el primer tiempo, doce en el segundo y una en el descanso), aunque ninguna de ellas merecedora de tarjeta. Incluso Javi Menta se comportó como un bendito, quizá reservándose para el partido de vuelta, donde estará arropado por su público.
Al final del encuentro hubo incluso intercambio de camisetas entre Albelda e Iborra, y tambien Ballesteros, que cambió la suya por tres de Piatti, para compensar la talla.
Total, un partido para olvidar.

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